Familiares de soldados de Estados Unidos estacionados en Iraq encabezan la oposición a la ocupación de ese país, enfrentados a una muerte por goteo de dos efectivos por día y a la probabilidad de un mayor despliegue, en lugar de una retirada.
La mayoría de los militares han estado en Iraq más de 150 días, desde que Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron la guerra contra ese país del Golfo, el 20 de marzo.
El público estadounidense apoyó mayoritariamente el ataque armado, pero ahora crece la negativa a respaldar una guerra cuya legitimidad está cada vez más cuestionada -incluso desde dentro de Washington-, y que fue rechazada desde el principio por un movimiento pacifista internacional.
La oposición es también cada vez más fuerte entre los familiares de los soldados involucrados en el conflicto. El grupo Military Families Speak Out (Familiares de Militares Alzan su Voz), fundado el pasado noviembre, incluye ahora a más de 600 familias.
En reacción al desafío Bring 'em on (Que me los traigan) del presidente George W. Bush a la resistencia armada iraquí, los familiares y los grupos Veteranos por la Paz y Soldado Ciudadano lanzaron la contraofensiva Bring them home now (Tráiganlos a casa ya), para poner fin a la presencia militar estadounidense en Iraq.
En un par de días, más de 5.000 personas se sumaron a la campaña, lanzada la semana pasada, destacó Nancy Lessin, cofundadora de Military Families Speak Out.
Creemos que se precisan recursos de Estados Unidos para ayudar a Iraq a desarrollarse, pero ese país no puede estar bajo control militar estadounidense, o de lo contrario enfrentaremos más y más resistencia, dijo Lessin a IPS.
Debemos traer de vuelta a nuestros soldados y discutir de manera apropiada lo que debe hacerse, exhortó.
Como veteranos y familiares de militares, entendemos que las dificultades son parte del trabajo, pero debe existir una razón honesta e irresistible para imponer esas dificultades y riesgos a nuestros soldados y comunidades. Por ahora, los motivos esgrimidos para la ocupación de Iraq no cumplen esos requisitos, agregó.
Stan Goff, un veterano de la guerra de Vietnam y padre de uno de los combatientes en Iraq, se quejó de que los soldados desplegados en ese país, entre ellos su hijo, están expuestos a una temperatura de 50 grados, ataques múltiples a diario, un ambiente tóxico y la probabilidad de enfermedades mentales postraumáticas.
Esta guerra fue lanzada con falsas justificaciones para promover los intereses de una elite económica. Los ricos deciden las guerras, pero no pelean en ellas, afirmó.
Si Bechtel y Halliburton (compañías multinacionales que obtuvieron contratos multimillonarios para la reconstrucción iraquí) están interesados en Iraq, entonces que sus ejecutivos se vistan de soldados, tomen un M-4 y vayan a pelear a Faluja o Bagdad, dijo Goff a IPS.
Los dejaríamos incluso usar nuestros helicópteros y (jeeps) Hummers. Pero no a nuestros hijos, cónyuges y hermanos. Esta no es nuestra guerra, declaró.
Un creciente número de estadounidenses considera que las fuerzas armadas nacionales no tienen nada que hacer en Iraq.
Una encuesta realizada por Scripps Howard News Service y la Universidad de Ohio, publicada la semana pasada, reveló que 42 por ciento de los adultos no están seguros de que el envío de tropas a Iraq haya sido lo correcto.
En comparación, 41 por ciento habían respondido en mayo que estaban absolutamente seguros acerca del compromiso de las tropas.
El Congreso también cuestionó la invasión y criticó duramente a altos funcionarios que promovieron la guerra, como el subsecretario (viceministro) de Defensa, Paul Wolfowitz, por haber justificado el ataque en un supuesto programa iraquí de armas de destrucción masiva cuya existencia nunca se probó.
Según el sitio web de la Coalición para el Recuento de Víctimas en Iraq, desde el 20 de marzo murieron 269 soldados de Estados Unidos y 47 de Gran Bretaña en Iraq, un promedio de dos por día.
Al mismo tiempo, los costos financieros de la guerra están en aumento y ya superaron los 69.000 millones de dólares, señaló Veteranos por la Paz, citando estimaciones de la oficina de presupuesto del Congreso.
Tratamos de estimular a los familiares de militares a que se pronuncien contra la guerra y presionen al comando militar. Creo que para Navidad habrá una fuerte oposición a la guerra en este país, pronosticó Tod Ensigh, director de Soldado Ciudadano, en declaraciones a IPS.